En la actualidad vivimos, una era de muchos cambios y revoluciones en el campo de la psicoterapia, cada vez las personas exigen procesos psicoterapéuticos que sean de corta duración y se respalden de eficacia “científica”, las cuales he visto que sus promotores buscan ampararse con la etiqueta de ser “psicoterapias basadas en evidencia”, en parte por un afán mercantilista que busca de una forma “marketera” asegurar que estos obtienen resultados 100% eficaces, aunque la verdad eso es de poca importancia, ya que lo que debe primar es la remisión total del paciente y el como el terapeuta lleve el proceso de terapia que de una forma este genere un vinculo sano con el paciente, que es lo principal en todo proceso psicoterapéutico, es decir que se pueda desarrollar una sana transferencia y a la vez se pueda generar una contra-transferencia positiva, para que puedan verse resultados efectivos en las sesiones de terapia. No obstante, la gente que esta acudiendo como pacientes a los consultorios, buscan llamarse clientes para poder manipular desde su neurotismo a los psicoterapeutas y muchos han caído dentro de ese perverso juego neurótico, y esto ha promovido y ha hecho que surjan terapias que brinden resultados que pueden catalogarse de rápidos y efectivos pero que a la larga, terminan por generar recaídas en la vida de un individuo. Estas “exigencias” que se pueden ver en los consultorios psicológicos, ha traído que surja la moda tras los años de pandemia Covid 19, un revival por el trabajo con terapias que estén asistidas con psicodélicos, cabe decir que estas terapias, han estado ahí antes de pandemia, no obstante es ahora en estos últimos años que se han puesto de moda y podemos ver a muchos psicoterapeutas que están enfocados y promoviendo en trabajar con este tipo de tratamiento alternativo. En lo personal me parece maravilloso, que existan psicoterapeutas, que estén comprometidos en trabajar con psicodélicos, ya que de una forma u otra, permiten que pueda darse un marco de investigación por querer demostrar las experiencias con lo inconsciente en especial lo que Jung denominó como lo inconsciente colectivo. Cabe mencionarles que las llamadas Psicoterapias asistidas con Psicodélicos, suele relacionarse con la llamada Psicología Transpersonal (conocida como la cuarta fuerza de la Psicología), no obstante, la psicología y Psicoterapia Junguiana, tiene como representante psicodélico al psicólogo Leo Zeff, quien fue uno de los primeros psicólogos junguianos en trabajar con LSD y MDMA, para que sus pacientes puedan experimentar sus emociones la cual podemos considerar como amplificada, así mismo conectar con lo inconsciente. Zeff fue uno de los primeros en considerar el proceso del “Set & Setting” es decir que un individuo que busca experimentar con psicodélicos, se programe mentalmente (Set) para vivir un “viaje” psíquico y a su vez vea que el entorno (Setting) sea propicio y que sea agradable para que se pueda tener una buena experiencia de ello. No obstante Jung, en una carta escrita a su amigo Victor White, expuso que no estaba a favor del trabajo con este tipo de sustancias, de hecho la carta de Carl Jung, que está dirigida a su amigo escribe lo siguiente: “Es la droga LSD que te refieres a la Mescalina? Tiene efectos muy curiosos, de los cuales sé demasiado poco. No sé ni qué es el valor psicoterapéutico con pacientes neuróticos o psicóticos. Solo sé que no tiene sentido desear saber más del inconsciente colectivo que uno consigue a través de sueños e intuición. Cuanto más sabes de ello, mayor y más pesado se convierte en tu carga moral, porque el contenido inconsciente se transforma en tus tareas y deberes individuales tan pronto como se vuelven conscientes. Quieres aumentar la soledad y el malentendido? Quieres encontrar cada vez más complicaciones y aumentar responsabilidades? Ya tienes suficiente de ello. Si una vez pudiera decir que había hecho todo lo que sé que tenía que hacer, entonces quizás debería darme cuenta de una necesidad legítima de tomar Mescalina. Si tuviera que tomarlo ahora, no estaría seguro de que no lo hubiera sacado de curiosidad ociosa. Debería odiar el pensamiento que había tocado sobre la esfera donde se hace la pintura que colorea el mundo, donde se crea la luz que hace brillar el esplendor del amanecer, las líneas y formas de toda forma, el sonido que llena la órbita , el pensamiento que ilumina la oscuridad del vacío. Hay algunas criaturas empobrecidas tal vez, para las cuales la Mescalina sería un regalo enviado para el cielo sin un contraveneno, pero estoy profundamente desconfiado de los puros ′′ regalos de los dioses", usted paga muy caro por ellos. Este no es el punto en absoluto, saber de lo inconsciente, ni la historia termina aquí. Al contrario, es cómo y dónde comienzas la verdadera búsqueda. Si eres demasiado inconsciente, es un gran alivio conocer un poco del Inconsciente Colectivo. Pero pronto se vuelve peligroso saber más, porque uno no aprende al mismo tiempo cómo equilibrarlo a través de un equivalente consciente. Ese es el error que Aldous Huxley comete, no sabe que está en el papel de Zauberlehrling, aprendiz de hechicero, que aprendió de su maestro a llamar a los fantasmas, pero no sabía cómo deshacerse de ellos otra vez”. No obstante la experiencia de Jung, pudo deberse a un mal viaje el cual es probable halla pasado en su visita en Nuevo México, recordemos que Carl Jung paso una temporada en dicho estado de USA, en una comunidad indígena y es más probable en su trabajo con los sueños y las experiencias trascendentales de lo inconsciente colectivo puede que Carl Jung halla consumido peyote en algún ritual chamánico, no obstante en esos tiempos no había la preparación mental (set) como el desarrollo del ambiente (Setting) que ahora existe (por los años de experiencias con dichas sustancias) y es probable que Jung haya experimentado un “Bad Trip” es decir un mal viaje y esto le genero esa opinión que hemos leído en la carta que Jung dirigió a su amigo. No obstante bajo la opinión del etnomicólogo y etnobotánico italiano, Giorgio Samorini, nos comenta que es probable que Jung haya tenido un mal viaje con una sustancia enteógenica, la cual es probable pudo haber sido el peyote. Samorini dentro de una publicación en su cuenta de Facebook compartió una hoja de un libro que nos habla de cómo el psiquiatra Ronald A. Sandison (quien por cierto tuvo un gran interés en el uso del LSD, para tratamientos psicoterapéuticos) busco contactarse con Jung, luego de una reunión con Albert Hoffman, en dicho texto se lee lo siguiente: “...Además de visitar a Albert Hoffmann, el Dr. Sandison también visitó el Instituto C.G. Jung de Zúrich en 1952 y varios años después, con la esperanza de conocer a Carl Jung, por quien sentía un profundo respeto. Jung estuvo ausente en ambas ocasiones, y en su segunda visita, el director del instituto le advirtió al Dr. Sandison que no hablara con Jung sobre la terapia potenciada con LSD, ya que Jung se oponía firmemente a ella. A pesar del limitado conocimiento de Jung sobre el uso terapéutico responsable de sustancias psicodélicas, el Dr. Sandison comprendió que la psicología de Jung, paradójicamente, proporcionaba una profunda comprensión de la naturaleza de las experiencias psicodélicas y la práctica de la psicoterapia psicodélica. Sin embargo, en su propio trabajo clínico, el Dr. Sandison desarrolló una reverencia por el LSD, que comparó con el trabajo de los chamanes...”, es ahí que Samorini comenta que: “Jung no solo creía que la Mescalina inducía a la "confusión", sino que incluso el director del Instituto de Jung aconsejaba a un psicólogo junguiano del tamaño de Sandison que no le hablara de psicoterapias con LSD, ya que ello estaba "fuertemente opuesto". Esto confirma mi sospecha de que una noche, Jung, junto con otras dos personas, probó el peyote, evidentemente haciendo una experiencia desagradable, si no un verdadero bad trip”. Si fuera cierto, que Jung tuvo un “Mal Viaje” (Bad Trip), como nos comenta Samorini, tal vez sea que esta experiencia resulto fuerte para él, y por lo tanto se puede decir que lo vivido le marco como un trauma o una fobia hacia lo psicodélico, no obstante sino fuera cierto esto y sea parte de una posible especulación o conjetura, Timothy Leary, en un tributo a Carl Gustav Jung, dentro de “La Experiencia Psicodélica” nos menciona que: “...Jung estaba limitado (como todos nosotros) a los modelos sociales de su tribu. Era psicoanalista, padre de una escuela. La psicoterapia y el diagnostico psiquiátrico fueron las dos aplicaciones que le resultaron más naturales”, e incluso Timothy Leary agrega que: “A Jung no le habría sorprendido el antagonismo profesional e institucional hacia las sustancias psicodélicas”. Es importante acotar que el trabajo con cualquier técnica que aborda aspectos inconsciente no es algo fácil y hay que tener especial cuidado con trabajar cualquier técnica que aborde el trabajo con el Inconsciente, porque si no se tiene la ética y el debido cuidado con esta parte de la psique, puede llevar a un estado de psicosis a un individuo y de alguna forma hacerle perder la cordura, o como muchos se refieren en la ciudad donde vivo (Piura), puede ocasionar que la “sombra” del individuo se “pierda”. Uno de los puntos que se alega al consumir sustancias psicodélicas, viene siendo el concepto de “despertar la consciencia”,
Carl Jung por ejemplo dice: “todo acto de adquirir consciencia es un acto de creación”, y es ahí que uno puede cuestionarse: ¿qué se puede crear: la nueva forma que percibamos la realidad? O ¿es que podamos crear una mejor versión de nuestra personalidad con los demás?, Timothy Leary, dentro de la introducción de su libro “La Experiencia Psicodélica” nos menciona que: “Una experiencia psicodélica es un viaje a nuevos reinos de la conciencia”. Ahora, me gustaría poder comentarles que la consciencia se adquiere cuando dejamos de lado la miopía mental, cuando vemos lo que realmente hacemos, pero ante todo debe existir un deseo de cambio, un arrepentimiento y a si mismo dejar de lado nuestro narcisismo, cabe señalar que cuando uno consume un psicodélico es para poder verse a sí mismo, poder comprender el valor de las cosas, pero que no pueden ser vistas cuando tenemos los ojos tapados por nuestro lado más egoísta. Hay casos que una persona que no ha llevado un tratamiento psicológico previo, no puede tener una experiencia psicodélica, y no porque no pueda, o uno sea un dictador que aplique el biopoder y diga que debe o no consumir un sujeto, sino todo lo contrario, es que cualquier psicodélico ya sea químico como el LSD o un enteógenico como el cactus Wachuma (San Pedro), un hongo psilocibio, Ayahuasca, Peyote, etc., uno debe previamente purgarse por respeto ante dicha forma de sanar, cabe decir que las visiones que se pueden ver tras la ingesta de por ejemplo un psicodélico, vendrían como que siendo “Las Experiencias”, que en términos más técnicos, son esas visiones las que nos harán conocer nuestro Si-mismo, y como tal nos dijo Enrique Ezquenazi: “Quien conoce al Si-mismo, conoce a Dios”. Pero hay personas malas y egoístas que cuando “conocen a Dios”, terminan por terminar con el tiempo siendo peores de lo que ya eran e incluso verse a sí mismo como mesías de los “no iluminados”, por ejemplo Josep María Fericgla nos cuenta: “Conozco a personas perversas, burdas y de mala intención, que han tomado litros de Ayahuasca y siguen siendo perversas y de mala intención”, esto nos revela que no es el psicodélico el que da el cambio en uno, si no es uno mismo y el que tanto una terapia previa te ha ayudado pero al no ver un resultado tan efectivo, el psicodélico lo que haría sería coronar el proceso para descubrir la verdadera esencia de uno y resetear la vida. No obstante, no todos los seres humanos están preparados para una experiencia como tal por ejemplo personas con problemas cardíacos, psicóticos, están dentro de esta lista, pero otro grupo que tampoco estaría dentro de esta categoría para el consumo de psicodélicos, serian aquellos individuos del grupo B del DSM IV y V, los cuales son los que padecen del trastorno narcisista de personalidad (y en mi opinión incluyo a aquellos con rasgos de ser soberbios y altaneros) ya que no verán cambios en ellos o como ya dije pueden terminar siendo peores seres humanos de lo que ya eran, por ejemplo la bióloga española, Irene de Caso, menciona lo siguiente acerca del trabajo psicoterapéutico con psicodélicos en sujetos que tienen diagnosticado el trastorno de personalidad narcisista: “En cuanto al trastorno de personalidad de tipo narcisista, a pesar de que la experiencia psicodélica afloja al ego, hay casos en los que, paradójicamente, este retorna aún con más fuerza. No es infrecuente, por ejemplo, que estas experiencias promuevan un narcisismo espiritual caracterizado por sentimientos de "haber sido el elegido" para "despertar" a los demás. Cuando esto sucede, uno comienza a sentir que está por encima de aquellas personas que todavía no han percibido la realidad suprema y permanecen "dormidas" en un "estado de baja vibración" o de "baja consciencia". En personas con trastorno de personalidad narcisista o con tendencias de este tipo, este desagradable rasgo podría empeorar tras una experiencia mística. ¡Es importante no caer en este narcisismo espiritual!” Como toda ciencia al igual que método filosófico, esta al igual que los arquetipos con el tiempo se re configura para adaptarse al “espíritu del tiempo”, y esto no es ajeno a la Psicología Analítica de Carl Gustav Jung, y donde vemos que los pacientes exigen terapias científicas, pero en especial buscan terapias cortas (en parte alimentado por la tacañería de su neurotismo), y es ahí donde descansa el trabajo con psicodélicos, por ejemplo algunos psicólogos que dicen estar aplicando “terapia cognitivo conductual” (alegando que “aplican” una terapia científica) le rezan a los pacientes que las sesiones duraran solo quince consultas, aunque cabe decir que uno de los creadores de la Terapia Cognitivo Conductual, Aaron T. Beck, mencionaba que el tiempo de terapia, dependería de cuan dañado este el sujeto, por ejemplo no es lo mismo una persona que se siente triste por un evento doloso de una semana a comparación de un sujeto que lleva años deprimido (todo tiempo terapéutico debe ir en proporción al padecimiento psíquico). Con respecto a las terapias que son asistidas con psicodélicos se alega que el proceso terapéutico es de pocas sesiones por ejemplo se inicia con un par de terapias que buscan preparar al individuo, luego un par de sesiones donde el sujeto pueda ver su interior (algunas veces hay casos que son tres las sesiones donde se usa psicodélicos) para luego terminar con una sesión que sería lo que conocemos como la terapia de integración psicodélico, donde el sujeto busca integrar todo lo aprendido tras esta experiencia que busca ser una terapia trascendental. Si bien Leo Zeff, puede tomarse como el primer psicólogo junguiano en aplicar una terapia psicodélica, me gustaría mencionar que hay mas psicoterapeutas junguianos que aplican psicodélicos, por ejemplo hace mucho leí un artículo titulado “La Reina de la Floresta: La Virgen de la Concepción como Mensajera del Sí Mismo en la Doctrina del Santo Daime” del psicólogo junguiano, Matías Méndez López, un material que busca analizar el trabajo del Ayahuasca con las religiones que rodean a este brebaje, y el autor nos dice: “En la literatura sobre la Ayahuasca, se describen sus efectos como una puerta de acceso al mundo del inconsciente. Desde una perspectiva analítica, puede decirse que la bebida permite la irrupción en la conciencia de contenidos inconscientes de los estratos personal y colectivo de la psique, dando oportunidad para la integración de dichos contenidos a la experiencia consciente de la persona”, por lo tanto podemos decir que el Ayahuasca, como cualquier enteógeno o psicodélico, pueden ser considerados como otra vía regia para llegar a lo inconsciente, recordemos que Freud como Jung, veían a los sueños como el camino directo al inconsciente. Dentro del campo de terapia de la Psicología Junguiana, tenemos muy presente el trabajo con el daimon personal, al igual que el trabajo con el arquetipo del Psicopompo, por lo que algunos psicodélicos en especial los llamados “enteogénicos”, luego de su ingesta, nos presentan la experiencia de poder contactar con un espíritu guía (Psicopompo), el cual nos guiara en nuestra exploración psíquica, de ahí que se dice que algunos psiconautas refieren que el Ayahuasca te da lo que necesitas y no lo que pides, pero cabe decir por ejemplo que los psicopompo en los rituales de consumo enteogénico nos presentan animales como guías del espíritu, por ejemplo el Peyote se le asocia a un venado (Hikuri) el cual es el psicopompo de ese cactus mexicano, mientras que el brebaje del Ayahuasca presenta una serpiente como psicopompo, por ejemplo Matas Mendez dice: “la serpiente es también el símbolo que ocupan los curanderos amazónicos para referirse al espíritu de la Ayahuasca. La anaconda es la Reina de la Selva (así como la Virgen de la Concepción es para los daimistas la Reina de la Floresta), y es ella quien enseña a los chamanes el arte de sanar. En la doctrina del Santo Daime, la “cura” supone la expiación de las culpas, la que se logra redimiendo los pecados perpetrados en esta y otras vidas anteriores. Así, la serpiente deja ver una doble cualidad, positiva y negativa, pura e impura, luminosa y sombría, constructiva y destructiva. Además, la serpiente se asocia habitualmente a la transformación personal, aludiendo al cambio de piel que rejuvenece y transmuta”. Con respecto la psicóloga junguiana, Laura Morandini, dentro de su artículo titulado “Ayahuasca y Trabajo de Sombra” nos alcanza la siguiente mención: “Los enteógenos no responden a un uso recreativo ni a la necesidad de adormecer la conciencia con un fin evasivo, por el contrario, los pueblos antiguos mantenían hacia estas sustancias una actitud de respeto y reverencia enmarcada dentro de un contexto ritual con finalidad de cura y sanación” y con respecto al Ayahuasca nos señala que: “La Ayahuasca indica que ella es el hilo conector entre los dos mundos, el mundo de los vivos y de los muertos”. Como ya sabemos Carl Jung, en la actualidad no estaría de acuerdo con trabajar con psicodélicos y menos con enteogénicos, pero como ya les he podido mencionar, toda ciencia evoluciona y en estos cambios de evolución surgen ramas o variantes, y es ahí que les puedo mencionar acerca de la Psicoterapia Junguiana Asistida con Enteógenos (PJAE), la cual se encuentra apoyada en los avances de neurociencias ligados a la sabiduría ancestral de los pueblos originarios, permitiéndose que se de un crecimiento y desarrollo de la personalidad con mayor integración, fortaleza y autenticidad. Morandini por ejemplo menciona lo siguiente, acerca de los enteógenos: “El trabajo con enteógenos permite realizar un viaje interno de autoexploración y observación de nuestras zonas oscuras de forma voluntaria.... A diferencia del proceso onírico, no tenemos que esperar que las imágenes aparezcan durante el sueño sino que podemos inducir el proceso”. Ahora, no se si muchos de los que lean este articulo estarán todos de acuerdo en pensar que el trabajo psico- terapéutico asistido con psicodélicos, puede ser visto como un tipo de hipnosis, considerando por ejemplo que un chaman durante la toma de Ayahuasca, Peyote o Wachuma, este guía, a su paciente a poder recorrer su inconsciente, durante el viaje psicodélico, al igual que lo haría un hipnoterapeuta o un psicoanalista. Por otro lado, los enteogénicos como el Ayahuasca, ayuda en la medida que hacen que el paciente convencional sea más consciente de sus sombras y no bloquee de forma consciente el material psíquico a analizar. Laura Morandini, nos menciona lo siguiente acerca del trabajo del arquetipo de la Sombra con el Ayahuasca: “Es interesante señalar que este proceso de contacto con la Sombra inducido por Ayahuasca es un proceso que en psicoterapia toma un largo tiempo y está fuertemente limitado por el control consciente, las defensas y resistencias. La experiencia con Ayahuasca pertenece al terreno de lo irracional y una vez adentrados en la experiencia simplemente hay que permitir que el inconsciente haga su trabajo, también confiar que uno será llevado donde necesita estar... La sabiduría de la naturaleza (Self) y del momento oportuno (Kairós) operan para el equilibrio de la psique.... En la sesión de Ayahuasca, la etapa de purga física y psíquica se corresponde al contacto con la Sombra. Se realiza un trabajo de "limpieza" de la psique y se restablece el equilibrio interno permitiendo eliminar aquello que no permite "ver". Esta es una etapa generalmente bastante desagradable y confrontativa ya que la persona identifica elementos negativos de si mismo que son dolorosos, pero al ser reconocidos conscientemente se realiza una alquimia interior y son vomitados literal y psíquicamente. Se vive como una suerte de liberación dolorosa e inevitable... Es un trabajo sobre el inconsciente personal, de hecho aparecen imágenes del pasado, situaciones de conflicto, nudos no resueltos, recuerdos. Desde el punto de vista corporal, la Sombra se aloja en el cuerpo como lo reprimido, apareciendo como síntoma y enfermedad.
La Ayahuasca es llamada "la medicina" por los chamanes ya que a través del trabajo de purga se desbloquean conflictos colocados en el cuerpo. Muchas veces pueden disminuir, mejorar e inclusive desaparecer dolencias físicas después de un trabajo consecuente con la planta”. Ahora una planta que se le vincula con ser un psicodélico, pero que en realidad no lo es, viene siendo el Cannabis, conocido también como Marihuana. Esta planta, no puede ser considerada como “psicodélico” porque en su ingesta no se produce ninguna visión que nos aleje de la realidad, salvo que usted fume o consuma una dosis alta de marihuana y pueda decirse que las horas la vea como que estas pasan lento (por lo que este alteración afecte su percepción del tiempo y el espacio, y podamos considerar esto como una “experiencia psicodélica”, de hecho James Fadiman, quien es un psicólogo conocido por su texto: “Guía del Explorador Psicodélico”, nos menciona lo siguiente: “La marihuana no es un psicodélico, pero es una sustancia que altera la conciencia, utilizado tradicionalmente para fines espirituales y terapéuticos”. Cabria decirse que la Marihuana ha recibido por años una mala publicidad por parte de Hollywood con las llamadas “Stoner Buddie Movies”, que lo que al final hacen es desinformar y ampliar el concepto de que un consumidor de Cannabis es un irresponsable o un idiota (es verdad que existen estos casos, pero también hay casos de consumidores responsables de marihuana que son los primeros en aportar conocimiento, un ejemplo seria Jorge Cervantes, y otros serian la mayoría de actores de Hollywood y músicos como: Brad Pitt, Kristen Stewart, Paris Jackson, Snoop Dogg, Bob Marley, Seth Rogen, Amber Heard, etc.). Me gustaría mencionar que la Marihuana debe ser considerada como un enteógeno y no una droga, es decir que se debe ver al Cannabis como una Planta Maestra es decir que esta es una planta que posee un espíritu y que puede ser usada en rituales ceremoniales, como también esta puede ser usada dentro de la medicina herbaria para poder sanar a otras personas, de hecho el psiquiatra Stanislav Grof (creador y fundador de la Psicología Transpersonal) menciona dentro de su libro: “El Camino del Psiconauta”: “El primer registro histórico sobre el poder curativo del Cannabis se encuentra en los escritos del emperador chino Shen Neng del año 2737 a.C. Diferentes variedades de cáñamo se han fumado e ingerido con nombres muy diversos (como hachís, charas, bhang, ganja, kif o marihuana) en la India, Oriente Medio, África y el Caribe con fines recreativos, por mero placer o durante las ceremonias religiosas. También ha representado un importante sacramento en grupos tan diversos como los brahmanes, ciertas órdenes sufíes, los antiguos escitas y los rastafaris jamaicanos”. Puede resultar interesante mencionar que la medicina cannabica como la entendemos, esta debería ser aplicada y su uso promovido por parte de los médicos, no obstante, en mis búsquedas por Internet he podido encontrar a dos psicólogos que buscan romper el molde de que “solamente un medico puede trabajar con Cannabis”, por ejemplo el psicólogo ecuatoriano, Daniel Vallejo (que por cierto es un miembro fundador de la Sociedad Psicodélica de Ecuador) el 19 de julio de 2025, ofreció una ponencia titulada como: “Cannabis para el Trauma”, cuyo objetivo principal era el de promover el uso de la marihuana como una herramienta asociada a la introspección durante un proceso de sanación durante la psicoterapia, no obstante en el hermano país de Chile, la psicóloga, Ingrid Tartakowsky, también puede ser incluida como una psicóloga que busca la integración y utilización del Cannabis (Marihuana) como herramienta dentro del trabajo de psicoterapia psicológica, Tartakowsky por ejemplo dentro de su libro: “El Mundo Espiritual del Ayahuasca”, la autora nos menciona acerca de su experiencia trabajando con marihuana con pacientes adictos a la pasta básica, así mismo de los problemas que ella ha sufrido en su país Chile para poder realizar sus investigaciones psicoterapéuticas, de hecho les comparto una parte de su libro: “A mi regreso en Chile intenté llevar a cabo un estudio sobre uso medicinal del Cannabis en personas que consumen pasta base, pero lamentablemente había una parte del estudio que era ilegal, porque quería recolectar muestras de marihuana y de pasta base que pertenecieran a usuarios, para realizar análisis de su perfil químico y así develar qué estaban consumiendo realmente, porque el mercado negro adultera las sustancias, y eso significa que no se tiene certeza de lo que las personas realmente consumen cuando adquieren una droga de forma ilegal. Lo más lejos que pude llegar fue hasta ayudantes de jueces y abogados del MINSAL, y a pesar de haber conseguido patrocinio tanto del MINSAL como de SENDA y de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para el estudio, no hubo nadie que estuviera dispuesto a ayudarme a encontrar la forma de llevar a cabo los análisis de muestras, porque la Ley 20.000 de drogas prohíbe cualquier tipo de acceso o contacto que se pueda tener con alguna sustancia ilegal, incluso con fines de investigación, por lo que resulta imposible obtener de manera legal muestras de sustancias que sean utilizadas por consumidores. Y junto con eso, el único que está autorizado para manipular y realizar análisis sobre la química contenida en muestras de drogas ilegales es el Instituto de Salud Pública (ISP) — ningún otro laboratorio en todo el país—, pero recibe exclusivamente las sustancias que son incautadas por la policía, por lo que es imposible hacerles llegar muestras de forma legal. Este es un claro ejemplo de la obstrucción que ejerce la normativa chilena —de acuerdo con legislación internacional en materia de drogas— sobre el desarrollo de la ciencia y el acceso a la salud, algo que en ese momento lamenté mucho. Considerando la situación real en la que me encontraba, me di cuenta de que la única forma de poder realizar estos análisis químicos, era cometiendo un delito, por muy absurdo que parezca. Porque la única manera de hacer llegar muestras de drogas del mercado negro hasta el Instituto de Salud Pública (ISP) era si la policía te las quitaba, por lo que la opción que quedaba, era entregarle a la policía las muestras de drogas de usuarios que pudiera recolectar, para que de esa forma éstas entraran en el ISP con tal de ser analizadas. El problema de esta alternativa era que yo debía ser arrestada y procesada por cometer este delito, que probablemente sería tipificado como tráfico, por consistir en varias dosis de Cannabis y de pasta base, que obviamente no podía juntar todas en un mismo paquete, porque necesitaba saber el contenido químico de cada una por separado. Y eso en función de lo dispuesto en la Ley 20.000 iba a recibir la consideración penal de tráfico, sólo por el hecho de ser varios paquetes pequeños de drogas. Yo lo sabía, porque había estudiado y analizado dicha norma. De verdad que esta era la única alternativa y no me apetecía vivir las consecuencias en mis propias carnes. Y cuando le dije a una ayudante de juez que al parecer esta era la única forma de hacer llegar las muestras a analizar por el ISP, me miró como si yo estuviera loca. Pero lo cierto es que el sistema es una locura, porque la ley prohíbe cualquier tipo de contacto con sustancias ilegales que circulen en el mercado negro, incluidos los fines investigativos. Lógicamente, si no se pueden estudiar, no se sabe qué está realmente consumiendo la población, porque las sustancias del mercado ilegal están adulteradas, cosa que no ocurriría si estuviesen reguladas. La consecuencia de este despropósito es que el Gobierno establece tratamientos para usos de drogas que no sabe lo que son. Y desde mi punto de vista, esa era la mayor locura, porque no es adecuado establecer un tratamiento para algo que no se sabe lo que es, ni qué efectos fisiológicos y subjetivos genera, ni que implicaciones tiene para el organismo a corto, a mediano o a largo plazo. Y si bien el ISP analiza algunas muestras de las drogas que le llegan por decomiso, lo cierto es que supone un porcentaje mínimo comparado con lo que se consume, por lo que no hay total certeza de lo que ingiere la población general. Finalmente, tuve que abandonar este estudio, porque no encontré ninguna otra alternativa, y tuve que aceptar que esta era una de las consecuencias que genera la Guerra contra las Drogas: la imposibilidad de realizar investigaciones que colaboren con la salud de la población y con los tratamientos para adicciones que realizan los mismos gobiernos que se adscriben a esa guerra”. Con respecto al ver a la Marihuana como si esta fuera una droga (y no como una medicina), como ya les he podido explicar, esta debería ser vista como lo que viene siendo, es decir que deba ser vista como un enteógeno (al igual que el tabaco Mapacho, el Peyote, la Ayahuasca y la Chacruna o el Wachuma San Pedro), algo que por cierto Tartakowsky, esta de acuerdo en su libro, de hecho ella en su material nos comparte una experiencia que ella tuvo dentro de una clínica psiquiátrica / psicológica) acerca de esta arcaica concepción: “Y sobre el Cannabis, me fui concientizando sobre los aportes que hacía en la salud mental de mis pacientes, quienes lo utilizaban como tranquilizante o ansiolítico, inductor del sueño, estimulador del apetito, como mínimo. El problema de esto, era que no encajaba con los tratamientos que se suponía se debían implementar, porque el COSAM dependía de los programas de salud pública, y en esa época nuestro gobierno no estaba a favor ni de la reducción de riesgos y daños, ni del uso del Cannabis con fines medicinales. Sin embargo, hubo unas pocas personas sensatas que nos supervisaban —tanto del Ministerio de Salud (MINSAL) como del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA)— junto con mi jefatura directa del Programa de Drogas, que apoyaron mis iniciativas, y que incluso tiendo a pensar que las valoraban. Incluso en el COSAM por un período de tiempo quedé como Encargada del Programa de Drogas, momento que aproveché para rearmar la forma de trabajo y focalizarla hacia la reducción de riesgos y daños. Hasta redacté un documento sobre el programa de tratamiento y el enfoque desde el cual me parecía mejor que se trabajara, y esto fue bien recibido por mi jefe directo y nuestros supervisores gubernamentales. Pero esta aceptación —hacia la reducción de riesgos y daños— era en privado, porque aún recuerdo el incendio que se generaba cuando en alguna actividad de SENDA yo hacía preguntas en público o comentarios sobre lo que observaba respecto de los usos medicinales de la marihuana en personas que padecían adicciones, lo que de una u otra forma más de alguien trataba de apagar recordándome que el Cannabis “es droga”, a lo que yo respondía “al igual que los fármacos que ustedes autorizan”...”. Tras todo lo expuesto acerca del psicólogo Daniel Vallejo, como de Ingrid Tartakowsky puede surgirnos la pregunta de qué ¿un psicólogo o un psicoterapeuta puede recetar o prescribir un medicamento?, legalmente no, pero si cabe decir que muchas veces hay sujetos que una terapia basada en el discurso del paciente o en la búsqueda de que este pueda racionalizar sus pensamientos, no siempre es efectiva, por más que esta se titule de científica y que puede al 100% tratar toda patología y sujeto, en parte esto se debe a que tipo de sujeto estemos trabajando y el poder de sugestión del operador (psicoterapeuta), ya que un psicólogo o mejor dicho un psicoterapeuta, no podrá tratar efectivamente a toda persona que se le presente (es una realidad triste, pero es una realidad al fin y al cabo que todo psicoterapeuta debe asumir), con respecto a esto dentro del libro “La Experiencia Junguiana” de James Hall, el autor menciona que: “Algunos junguianos han tornado la posición extrema de que no debería usarse ningún medicamento en análisis, porque interfieren con el «traspaso» de la enfermedad que debe hacer el paciente para lograr el entendimiento oculto en el cuadro sintomático. Yo no creo que este extremismo anti-fármacos sea correcto, funcional, ni humano. Los medicamentos pueden ser de gran ayuda para el avance del análisis junguiano cuando se usan en forma razonable y experta.” y quizás en esta brecha donde notamos que un psicólogo o un psicoterapeuta se encuentra de manos cruzados muchas veces, fuera de la exigencia de rapidez de curación de parte de los pacientes psicológicos (y donde hay sujetos que mencionan si una terapia demora mucho es que no es buena, como si la sanación de la mente fuese como la del cuerpo físico) han aparecido la alternativa del uso de psicodélicos, que buscan “sanar” más rápido y esto ha hecho que aparezcan psicólogos que han fundado organizaciones científicas que buscan la sanación de sus pacientes mediante estas herramientas enteogénicas y psicodélicas, de hecho tenemos organizaciones como M.A.P.S., que fue fundada por el psicólogo Rick Doblin, sociedades como ICEERS (la cual fue creada por el comunicador social Benjamín De Loenen, pero que si bien es cierto no fue fundada por un psicólogo o un psiquiatra esta cuenta con dos psicólogos como lo son Marc Aixala y Ricard Faura), la fundación INAWE, la cual tiene a psicólogos como Marta Peréz, Blanca Nuñez, Jennifer T. Frías y la bióloga con grado de doctora en neurociencia cognitiva, Irene de Caso), la organización Psintesis de Chile la cual cuenta con psicólogos como Paula Vásquez, Nicolás Berasain (que por cierto aparte de ser psicólogo es psicoanalista). Por otro lado dentro de un artículo publicado por la American Psychological Association, el cual se titula: “Tratamiento psicodélico y salud mental: Navegando un viaje más largo con optimismo”, nos presenta los comentarios realizados por Mía Sarno, quien es psicóloga clínica y psicoterapeuta de investigación, la cual es una colaboradora en ensayos clínicos con psicodélicos, en dicho artículo Sarno menciona: “Los psicólogos estamos en una posición privilegiada para ejercer el liderazgo, ya que somos expertos en evaluación, investigación, ética y el estudio de la consciencia”. En el texto se menciona que Mía Sarno cree que el campo de la psicología tiene la oportunidad y la responsabilidad de garantizar la prestación segura de la terapia asistida con psicodélicos a las personas que padecen trastornos de salud mental”. Es importante mencionar que éticamente un psicólogo por sí solo, no podría trabajar con un paciente una terapia psicodélica estando él o ella solos con el paciente en un consultorio, es necesario que para el tratamiento asistido con psicodélicos halla personal de apoyo, ya sea una enfermera con la especialidad en psiquiatría o una con especialidad en cardiología, las cuales serian de utilidad en casos que haya un inconveniente con el tratamiento psicodélico, por lo que Sarno nos hace mención de que: “los psicólogos pueden participar en la terapia asistida con psicodélicos a través de clínicas de Ketamina, ensayos clínicos de la FDA u ofreciendo terapia de integración psicodélica a pacientes que reciben la dosis en otro entorno”, es decir es necesario que un psicólogo psicoterapeuta que trabaje con dichas sustancias debe recibir un entrenamiento, es importante agregar que las mejores escuelas terapéuticas que pueden brindar una ayuda a la integración psíquica son las escuela psicoanalítica freudiana y la escuela junguiana, de ahí que el tratamiento psicodélico con ayuda de estas, cambie de nombre a tratamiento psicólitico. Por otro lado cabe decir que para el etnobotánico italiano., Giorgio Samorini, nos dice que los hongos psilocibios, serian los más sencillos de aplicarpor que estos poseen propiedades autoresolventes, es decir que tras laingesta estos te “suben” a estados no ordinarios de consciencia, ayudando a explorar estados holotrópicos de la psique, y que a su vez pasado los efectos, las personas pueden regresar a la “normalidad”, y de ahí seguir un proceso de integración psiquedélico (que es lo adecuado), recordemos que los hongos “mágicos” poseen Psilocibina, una sustancia que no solo lleva a vivir estados alterados de conciencia, sino también ayuda a la reestructuración neuronal, lo cual científicamente se ha comprobado que ayuda a mejorar la neuroplasticidad cerebral, de ahí que el poeta Allen Ginsberg nos menciona lo siguiente: “La Psilocibina me parece un regalo del Cielo para la psique”. Existen casos reales de personas que auto experimentan con estas sustancias, estos vienen siendo llamados los psiconautas, que de por cierto hay muchos investigadores psicológicos que auto experimentan para poder tener conclusiones reales de las visiones que se obtienen tras la ingesta de estos. Con respecto al termino de “Psiconauta” se lo debemos a Albert Hoffmann quien es el descubridor y creador del LSD, el cual nos dice que: “La expresión... Psiconauta está bien elegida, porque el espacio interior es tan inmenso y misterioso como el exterior, y, como sucede con los astronautas -que no pueden permanecer mucho tiempo en el espacio exterior -, también deben regresar a la realidad cotidiana quienes se adentran en el mundo interior. Para que sean realmente beneficiosos y puedan hacerse con el mínimo peligro, ambos viajes requieren además una adecuada preparación”. Y autores como Terence Mckenna, sugieren la importancia de conocernos mediante el uso de psicodélicos, ya que si las personas no quieren ir a psicoterapia, pues toca el otro camino (recuerde que quien no se conoce a sí mismo, jamás podrá conocer los aportes y valores del otro), Mckenna por ejemplo nos menciona: “...Creo que irse a la tumba sin haber tenido una experiencia psicodélica es como irse a la tumba sin haber tenido sexo. Significa que no sabes lo que representa. El misterio está en el cuerpo y en como el cuerpo se comunica con la naturaleza”.
La marihuana que si bien no puede ser comparable a los hongos psilocibios, el Ayahuasca, el Wachuma, el Peyote, etc., para el desaparecido Bob Marley, esta tiene la misma propiedad de estas, de hecho Marley dijo alguna vez: “Cuando fumas hierba, la hierba te revela a ti mismo... Toda la maldad que haces, la Marihuana te la revela a ti mismo, tu conciencia, se muestra claramente, porque la Marihuana te hace meditar. Es solo una cosa natural y crece como un árbol... Fumar marihuana revela tu propio yo”, Mckenna por ejemplo al igual que Marley, consideraba que el uso de la Cannabis debía usarse con respeto al igual que un psicodélico para evitar su uso abusivo y claro darle una importancia al proceso, incluso Aleister Crowley, que si bien no era psicólogo, ni psicoterapeuta, pero si puede decirse que fue un psiconauta aparte de mago, le dio respeto a la marihuana considerándola sagrada en su libro: “La Psicología del Hachís” y el pintor Alex Grey menciona en sus Siete Luces de la Sabiduría del Cannabis: “El Cannabis abre el corazón y nos sensibiliza a los demás... El Cannabis hace que los poetas entren en contacto con nuevos modos de conocimiento y expresión... Los babas, rastafaris y muchos otros aprecian al Cannabis como una apertura sacramental hacia una fuerza creativa mayor, que nos permite darnos cuenta de que somos la Luz”.
Para concluir, es necesario tomar respeto a estas sustancias ya sean psicodélicas o enteogénicas, ya que estas trabajan con el inconsciente, y este en definiciones junguianas este es como el mar, y todo marinero sabe que al mar se le tiene respeto, también es importante que vivimos tiempos de cambios y revoluciones después de la pandemia Covid 19, ya no se puede estar en el mismo ciclo, hay que hallar nuevas respuestas en los modelos terapéuticos (poder re configurarnos como los arquetipos en el tiempo), pero con responsabilidad. También les comparto una opinión brindada por Timothy Leary dentro de su libro “La Experiencia Psicodélica”: “La droga no produce la experiencia trascendente. Simplemente actúa como una llave química: abre la mente, libera el sistema nervioso de sus patrones y estructuras ordinarios. La naturaleza de la experiencia depende casi por completo del escenario y el entorno. El escenario denota la preparación del individuo, incluida la estructura de su personalidad y su estado de ánimo en ese momento. El entorno es físico: el clima, la atmósfera de la habitación; social: sentimientos entre si de las personas presentes; y cultural: opiniones predominantes sobre lo que es real. Por eso son necesarios manuales o guías. Su propósito es capacitar a la persona para comprender las nuevas realidades de la conciencia expandida, para que sirvan de mapas de ruta para nuevos territorios interiores que la ciencia moderna ha hecho accesibles...”. El hombre en el pasado exploró el mundo, ahora debe explorar el universo en su microcosmos psíquico, pero tambien debe aprender a hacerlo para no extraviarse en el proceso y comprender los misterios de la transmutación mental y a su vez saber cómo enfrentar sus demonios internos que moran en su Sombra.
Bibliografía:
Grof, Stanislav - El Camino del Psiconauta. Editorial Kairos
Tartakowsky, Ingrid - El Mundo Espiritual del Ayahuasca. Ulises
Morandini, Laura - Ayahuasca y Trabajo de Sombra. Revista Aletheia
Leary, Timothy - La Experiencia Psicodélica. Ediciones Obelisco
Jung, Carl Gustav - Carta a Victor White. Méndez López, Matías - La Reina de la Floresta: La Virgen de la Concepción como Mensajera del Sí Mismo en la Doctrina del Santo Daime





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